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martes, 12 de septiembre de 2017

Sal Negra del Himalaya y el Agua de Mar

Pregunta de M. de Colombia: Rab, le envío un video del Dr Angel Gracia promotor del agua de mar. Yo la consumo desde hace 3 años con muy buenos resultados, a mi esposo le controló la presión arterial y a mi me ha servido muchísimo para la artritis reumatoidea me ha evitado de tomarme más de 300 pastillas en el mes. 



Respuesta: Estuve estudiando este tema con el material que me has enviado. Es verdad todo lo que dice acerca de la necesidad de los minerales que se encuentran en baja concentración en el cuerpo y los seres vivos en general, que se encuentran dentro de los llamados micronutrientes. Seguramente con el agua de mar se pueden suplementar algunas esas carencias y así solucionar algunos síndromes - enfermedades. Hay dos problemas que veo: por un lado el agua de mar está muy contaminada con desechos de las cloacas de las ciudades y la industria, el petróleo derramado, etc. Contiene demasiados tóxicos, como metales pesados y sustancias no degradables, y que están en el agua y los animales y plantas que hay en ella. Por eso nosotros utilizamos para esa finalidad, aunque en cantidades muy pequeñas al principio, la sal negra de la india, y mejor del himalaya, (no confundir con la sal rosa) que contiene toda cantidad de minerales que se encuentran también en el agua del mar, pero que no está contaminada por haber estado dentro de la Tierra desde antes que el mundo se contamine. Además por su origen volcánico tiene azufre que es desintoxicante y necesario para el metabolismo de las proteínas y lípidos.

Pero todo eso no tiene ningún efecto si no cuidamos nuestra salud en forma holística, integral, tanto física, como psíquica y espiritual. Con alimentos saludables, puros y frescos, según el lugar y la estación, libre o con muy poca cantidad de productos refinados y animales, ejercicio y trabajo moderado, respiraciones, buenos pensamientos, sueño suficiente, meditaciones, estudio, y todo con la intención de dedicar nuestra vida al servicio para el cual el Creador nos puso aquí, hacer de este mundo una morada digna del Rey. A Él le tenemos que pedir todas nuestras necesidades y las envía de acuerdo a sus caminos y nuestro esfuerzo. Estudiar Torá, rezar a Dios cada día, cumplir sus preceptos en la acción. Esto nos lleva a refinar nuestro cuerpo, pensamiento, emociones y acciones y así el mundo que nos rodea. Bendiciones desde la Tierra de Israel

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