Seguidores

lunes, 7 de agosto de 2017

UNA NUEVA TORÁ SALDRÁ DE MÍ

Proyecto Bait Barí: Torá jadashá meiti tetzé. 



Una nueva Torá saldrá de mi. Para saber si alguna sabiduría es verdadera hay que ver si concuerda con la Torá y su verdad oculta, La Cabalá. Esta nos enseña que las klipot, las impurezas y toxinas espirituales, ocultan la Divinidad y hay que deshacerse de ellas para conectarnos verdaderamente con La Fuente de la Vida, el Creador. Cuando los canales están puros y refinados se revela automáticamente la luz y la energía Divina comienza a fluir automáticamente, sin esfuerzo, porque se revela el alma que está conectada a su raíz en la verdadera Fuente de Vida.

Así también el cuerpo y la mente naturalmente tienden a ser sanos y con sólo darles las condiciones de nutrición, actividad, y buenos pensamientos y acciones, su poder intrínseco de curación los mantiene en condiciones perfectas para servir a Hashem y estar alegres y felices. Buscar remedios cabalísticos o físicos separados del contexto general y separados de su contexto original es como comer azúcar refinada en vez de una manzana. Está en contra de la naturaleza y de la Voluntad Divina que es la Unidad absoluta. El Jasidut nos enseña que podemos incluso ponernos por encima de las leyes de la naturaleza y de las leyes de la Cabalá si tratamos de conectarnos con el objetivo final de Hashem que es llegar a la redención absoluta de toda la creación con la llegada del Mashíaj, que nos traerá "una nueva Torá".

Eso no significa transgredir las leyes o traer nuevas, sino todo lo contrario. Es estudiarlas y experimentarlas para conocerlas perfectamente, compenetrarse con ellas y amarlas, respetarlas y cumplirlas y entonces esas mismas leyes naturales y Divinas nos elevan a la cima de nuestras capacidades humanas. Así como un violinista puede expresar lo que desee, su pensamiento, sus emociones y su arte en general sólo cuando es experto en el manejo de su instrumento. Por eso lo cuida y mantiene en la mejor de las condiciones, y si fue construido con los mejores materiales y la mejor técnica por un artesano experto, sólo tiene que tratar de que no cambie y que siga tal como es.

En ese momento percibimos que el artista es uno con su instrumento y el compositor, se independiza de las limitaciones técnicas porque trabajó duro para dominarlas. Nuestro cuerpo, que incluye la parte física, mental y emocional, es el instrumento perfecto que Hashem nos dio para expresar Su música. El es el artista, el instrumento y la música.

Como dice el Rambam: El conocedor, el conocimiento y lo conocido. Dentro de cada uno de nosotros hay verdaderamente una parte de Hashem en lo Alto, y Su placer es escuchar Su música. Cuando dejamos que todo fluya de acuerdo a la partitura que El escribió cada uno con su instrumento, podemos agregar nuestros propios matices y enriquecerla con nuevos sonidos y placeres supremos, sin fallar ni siquiera en una nota, pero sintiendo que esa armonía es mía, nuestra, Suya al mismo tiempo, porque revelé a Hashem dentro de mi y ahora soy uno con El y Su Creación.

 Es la misma Torá, sin cambiar un sólo punto, pero revelada en todos sus aspectos infinitos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario